viernes, 21 de diciembre de 2012

Trabajando, que es gerundio

Cuando trabajaba en el mundo de la consultoría tenía que ir al trabajo con traje y corbata.




Mi madre estaba encantada, los vecinos creerían que su hijo era una persona importante.

Conocí a mucha gente que le encantaba ir con traje al trabajo, los demás pensaban que era una persona importante. Se equivocaban.

Basta explicar una pequeña anécdota: cuando en verano tenía que entrar al corte ingles para disfrutar de algo de aire acondicionado, la gente se me acercaba y me preguntaba dónde podía encontrar esto o lo otro. Yo respondía ofendido: "¡No trabajo aquí, señora, soy una persona importante!" No quería traicionar la ilusión de mi madre y dejar que alguien pensara lo contrario.

Es curioso, porque tal y como visto ahora (para mí normal, para mi madre como un vagabundo) esos dependientes trajeados del Corte Ingles me ignoran miserablemente cuando les voy a preguntar algo, y cuando no les queda más remedio, por insistente, me tratan con un desprecio evidente. No todos, por supuesto, eso también hay que decirlo, pero la mayoría así lo hace.

Llevar traje empezó a gustarme cuando ví Matrix. Me compré unas gafas de sol. Las llevaba incluso en interiores, o de noche. Sí, como un adolescente sin cerebro. Me sentía como un ser humano de verdad entre tanto "enchufado". Pero las chicas me rehuían cuando les decía: "Tu mundo es una ilusión, el mío es real, ¿te vienes al baño y te lo enseño?". Una hasta me denunció. Bitch.

Lo cierto es que tenía que gastarme un dinero extra en ropa que sólo utilizaba para trabajar. Y para hacerme fotos en el espejo del baño. Era algo molesto.

Y es que "El hábito no hace al monje". Un refrán tan antiguo y tan cierto que sorprende lo poco que se tiene en cuenta actualmente. Por ejemplo en la cadena Intereconomía, que aquel que vista algo que no lleve una marca en la solapa es poco más que un perroflauta pulgoso y porrero.

Antes trabajaba con gente que hacía estas cosas:


Ahora trabajo con gente capaz de hacer esto en un ratito muerto:


El respeto por el trabajo de cada uno es el mismo.

Pero la molonidad no.

Al César lo que es del César.

Igual que a los directivos de los Bancos Quebrados y Nacionalizados indemnizaciones millonarias, y a los trabajadores de baja estofa 22 días por año, 14 meses como máximo. Una lógica aplastante. En el país de las maravillas. Con alucinógenos.

Es como comparar el trabajo de Mignola y el de Liefeld.


Los dos son respetables.

Pero Liefeld tiene ese porcentaje de molonidad añadida. Ese ingrediente EXTREMO que nos mola a los frikis de verdad.

Pero no os equivoquéis, no todo es alegría y satisfacción en el mundo laboral friki. Supongo que, al fin y al cabo, "mundo laboral" y "satisfacción" son términos que no acaban de cuadrar muy bien. Excepto si eres Nacho Vidal. Ni siquiera introduciendo el concepto friki. Excepto si eres Torbe.

Trabajas mucho, haces muchas horas, sufres, discutes, escuchas, aprendes, obedeces, ayudas, te ayudan, observas, progresas, solucionas... para que luego alguien se fije solo en problemas superfluos. Y cuando digo superfluo me refiero a algo por debajo de pegarle fuego al mobiliario de la oficina. Verdaderamente descorazonador. Hasta para los bomberos.


Los hombres no somos máquinas. Excepto Nacho Vidal. Y tenemos sentimientos. Excepto Torbe.

Hay que encontrar el equilibrio.

La velocidad justa para que no te pillen los orcos que vienen detrás tuyo y al mismo tiempo no te caigas por el barranco al que te asomas.

Aunque no todo lo que nos ofrece el trabajo es malo, también me permite pagar la hipoteca de un piso en un bloque donde un vecino viene a las reuniones de escalera borracho. Claro que es una persona que raya el border line, así que cuando esta sobrio apenas notas la diferencia, un poco de musicalidad al hablar como mucho y ya esta. Eso sí, se agradece a la hora de echar unas risas con la parienta.

Y luego esta la vida que llevas fuera del trabajo y que te reconforta, como el finde pasado, cuando le demostré a toda mi familia que todavía puedo ganar una pelea a cara de perro.

Contra mi sobrino.

De 3 años.

Pero el tiempo pasa, y la fuerza se agota. Mientras que mi sobrino, con cada día que pasa, se hace más fuerte. ¿Cuánto tiempo podremos seguir en la brecha? ¿cuánto más soportaremos estos terribles ataques? En fin... de momento ¡aquí estamos! ¡aquí seguimos! ¡aquí escribimos!

Winter is coming. No, winter is here. Ha llegado la hora de escribir la gran novela americana...

¡Hasta la vista Frikis!

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Trabajar en estos días parece ser un lujo. Como antes lo era la vida para el esclavo.

Lord Rilegard dijo...

Cualquier atuendo que no permita remangarse está de más (solo tiene sentido para protegerse del frío)
Nótese que si estás remangado parece que trabajas más.

Falsarius F. Freak dijo...

¡Currinches!

Anónimo dijo...

pOR QUÉ TE METES TANTO CON EL "CORTE INFIEL"? Yo suelo ser asiduo de sus lavabos, donde me hago buenos pajotes castellanos.


Lord Anal

Juls dijo...

Anónimo: True

Lord Rilegard: True también.

Falsarius: ¡Currimangurriales!

Lord Anal: ¡¡¡Cuanto tiempo sin escuchar sus alusiones al onanismo exacerbado!!! Le comprendo, viendo a algunos maniquies así vestidos yo a veces también me pongo burro.

Toni dijo...

Desde luego Juls, con lo que mola ir a trabajar en traje, sobretodo en verano, que sales ya del metro más mojado que Camacho, para empezar bien el día...

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